NUNA MANGIANTE
ABRE | Córdoba, Argentina
Curadora: Victoria Giraudo
Abr 2021 – Jul 2021
No le metas presión a la felicidad
En esta nueva serie de obras, la artista visual Nuna Mangiante (Córdoba, 1962, radicada en Buenos Aires), alude al hábitat íntimo de la convivencia hogareña de alguna pareja.
Estamos viviendo una época post post, de vuelta de todo. Se borraron y/o cambiaron los límites, los sexos, las convenciones, las clasificasiones. No hay más encasillamientos. Con el Covid-19 el mundo estalló en un nuevo big bang. Se frenó el aceleracionismo capitalista, nos forzó a recalcular, repensar objetivos de vida, nos obligó a dejar la calle, el mundo y volver al hogar. Lo que inicialmente fue un refugio, por la convivencia forzada se potenciaron las histerias de las relaciones sexo – afectivas. Lo que se espera del otro y de la felicidad es la clave. De esto trata la obra de Nuna.
El espacio de una casa tipo de tres ambientes se ve amenazado por monumentales paneles negros que generan gran tensión al ser portavoces de diálogos fragmentados. Nos remiten a la mitología cotidiana, a la figuración narrativa del cómic y del pop art e incluso a la telenovela en su actuación ficcional y su lenguaje coloquial, pero en versión dark.
Nuna produce un extrañamiento surreal con estas formulaciones poéticas y las técnicas y materiales empleados. Manipula palabra, dibujo, fotografía, escultura, instalación e iluminación. Fuerza los límites del grafito como dibujo sobre papel, en escultura simulando piedra, o piedra de mica que convierte en objeto, también a la fotografía que utiliza de soporte, a la imagen de objeto real fotografiado que tapa con grafito y la contrasta a un objeto real en el espacio de arte, que es a la vez doméstico. Nada conserva su origen, su función primigenia, todo está dislocado. Promiscuidad de materiales. Tal vez porque la mica y el grafito son elementos de la mineralogía, pero también de la alquimia, de la ciencia y del ocultismo.
“Los textos surgen brillando en la oscuridad…”, dice Nuna. Luz y contra luz. Iluminación mutante, dinámica según la posición del espectador inquieto. Su técnica es la culpable del brillo pero también de su opacidad. Las formas abstractas aparecen y desaparecen. Todo es complejo. A la vez, es simplemente lápiz negro.
Los poemas caseros de Nuna se mueven entre lo filosófico y lo humorístico. ¿Acaso el humor no puede ser tomado en serio? Nacen de aquella vieja fórmula química del amor a la cual le falta algo. La ciencia no lo resuelve todo. Ojalá fuera tan simple. Sus obras funcionan como acertijos, para hacernos pensar como detectives en un juego mental. Buscan hacernos reflexionar y cuestionar todo lo que vemos y presentimos, a la vez que actúan como un oráculo donde la información está codificada y las respuestas nos llegan de manera enigmática.
Victoria Giraudo, abril de 2021.